Imagínate viviendo en un edificio señorial de 1934, lleno de historia y encanto, donde cada mañana te recibe un amplio hall que abre paso a un salón de dos ambientes bañado de luz gracias a su mirador a la calle Cisneros. Te emocionarás al descubrir cómo los techos altos y las molduras originales dibujan un escenario único.

Al girar por un pasillo generoso, llegarás a la cocina —junto a la cual se sitúa un práctico trastero— y al baño reformado, ambos preparados para adaptarse al ritmo de tu día a día. Las tres habitaciones, todas de gran tamaño, se amoldan sin esfuerzo a tu forma de vivir: dormitorio principal, cuarto de invitados, despacho o rincón de lectura… lo que tú elijas. Ese trastero, lejos de ser un simple espacio de almacenaje, puede transformarse en vestidor a medida, zona de juegos para los peques o área de lavandería sin restarte metros útiles.

Y todo esto sucede en pleno centro de Santander, donde cada paso te acerca a supermercados, farmacias, colegios y librerías. El Ayuntamiento y la Plaza Porticada quedan a cinco minutos andando, recordándote a cada instante que los rincones más vibrantes de la ciudad están justo a la vuelta de la esquina.

Este piso combina con maestría el carácter de los techos altos y las molduras originales con la comodidad de una reforma actual, ofreciendo un hogar listo para entrar a vivir. Oportunidades así, con espacios tan generosos y una ubicación insuperable, no suelen esperar: si buscas seguridad de inversión y calidad de vida en Cantabria, este es tu momento. ¡Ven a descubrirlo antes de que alguien más lo convierta en su nuevo hogar!